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"Promesas sin cumplir..."

La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás.

Napoleon I (1769-1821) Napoleón Bonaparte. Emperador francés


Cuando era niña y no quería comer, mi mamá me prometía que si me terminaba el almuerzo me llevaría a la playa, cuando entre al colegio, mi profesor me prometió que si estudiaba mucho haría un mural con mi historia, en mi adolescencia, mis abuelos me prometieron que si pasaba de curso me regalarían un viaje, en mi juventud, mi mejor amiga me prometió que cuando se casara yo sería su madrina, hoy, un hombre me prometió el cielo, el mar y la luna.
¿A quién le han incumplido una promesa?
Cada vez que queremos conseguir algo de otro ser humano, recurrimos a un montón de tácticas muy bien elaboradas: existe el trueque, que significa tu me das y yo te doy; la venta, tu me das y yo te pago; la amenaza, me das y no te hago daño; la advertencia, si me das no te haré sufrir... todos estos "armamentos maquiavélicos" siempre tienen un fin, "obtener lo que queremos" y aunque no podemos asegurar que estas armas son "muy dignas", por lo menos, son "más aceptadas", porque todos sabemos a qué atenernos con ellas y porque nos atacan de frente 
No obstante, hay una manera muy sutil de "convencer y conseguir lo que sea", "Las Promesas", porque son "ilusiones prestadas", "parásitos de la fe", "sentencias eliminatorias "y "dictámenes del terror" , que se aferran de "nuestras grandes debilidades", la confianza y el miedo, que cuando no se cumplen pueden elevarnos al cielo o dejarnos caer en el abismo, y que cuando se hacen realidad se transforman en un viaje a las estrellas o en una estadía en el infierno.
Políticos, famosos, vendedores, anuncios publicitarios, religiosos, pronosticadores de acontecimientos, novios, amigos, enemigos, padres, hijos, todos nosotros hacemos "buenas y malas promesas", pero de diez promesas que hacemos, ¿Cuántas Cumplimos?. Lamentablemente, casi siempre, solo las malas, porque es más fácil cumplir la promesa de "darte un golpe" que "de darte una rosa", y porque simplemente, eso, es inherente la raza humana.
Definitivamente es "malvado" no cumplir con una "buena promesa" , porque para el que la recibe, es como un cheque a largo plazo, el hecho de contar con ello, aunque no sea tan importante el monto, le hace pensar, que cuando logre cobrarlo, ¡bingo!, los sueños ¡si! se harán realidad, pero que si cuando llegue al mesón, y el cajero le niegue el pago por no fondos, absolutamente ¡toda! su vida se irá a la mierda.
Yo pienso que hacer buenas promesas debería estar fiscalizado por la ley, porque así como dar cheques sin fondo es delito, no cumplirlas también lo es, y en el fondo, es "un asesinato", porque te mueres de la pena; es un "robo", porque te quitan las ilusiones y te sacan las ganas de volver a creer, y que la pena para estos "vendedores de promesas falsas", debería ser "la promesa un día, volver a creer en ellos".
Consumar las buenas, es una responsabilidad, es como pagar la luz, comprar alimentos o pagar la letra del auto, porque está en juego nuestra palabra y con ello, "nuestro honor", por eso, tenemos que ser "responsables de nuestros actos" y al momento de subirnos en el "carro de las promesas", estar conscientes de que "si" podremos cumplirlas, para no dañar a nadie, para no ser "delincuentes de la fe", ya que, cuando se trata de "buenas promesas", no existe diferencia entre grandes, pequeñas, más o menos importantes, a largo o a corto plazo, ¡todas son iguales!, y como robar, incumplirlas, "definitivamente también es un delito". Seamos consientes de que a veces es mejor "no decir nada" antes de "abrir la boca para apuñalar por la espalda" a quien en realidad queremos y dejémonos de palabras, "que se las lleva el viento", son mejores los actos, que perduran en el tiempo y olvidémonos de las malas promesas, porque son "esas" las que nos vuelven "asesinos en serie... de malas acciones", son solamente "estas" las que nunca, jamás, deberíamos cumplir.

"Prometo, que nunca más.... volveré a prometer....... sin antes...... estar segura de que podré cumplir".

posted by DuLcEaBiSmO @ viernes, octubre 06, 2006

¿ACASO, PERDIMOS ESTE VALOR?

LA PUNTUALIDAD


Publicado por CESAR ACHING GUZMAN en 8:31 AM . domingo, enero 11, 2009

Etiquetas: Servicios

En uno de mis viajes a Tarapoto allá por el año 2005, Eduardo Moya me entregó un documento, sobre "LA PUNTUALIDAD"; el cual difundo el día de hoy, en memoria de este ejemplar compañero.

César Aching Guzmán

Por: Eduardo Moya Bartra (Q.E.P.D.)


La puntualidad es una actitud que se adquiere desde los primeros años de vida, mediante la formación de hábitos en la familia, donde las normas y costumbres establecen horarios para cada una de nuestras actividades.

También es un reflejo de respeto al tiempo de los demás, ya que en la escuela y en la vida social, llegar a tiempo es un signo de buena educación. La puntualidad en general, es una norma que exige de la persona ejecutar determinada acción en un tiempo determinado, ya que aunque la acción es realizada satisfactoriamente, desequilibra el balance de tiempo de todas las demás.

Ya sea en el trabajo, en la escuela, en una cita o cualquier tipo de grupo social al cual se asista, la puntualidad es algo que debemos cumplir, pues todas las personas merecen respeto.

Cierto padre de origen japonés increpaba al hijo de la siguiente manera: "Mira hijo, nadie es dueño de mi tiempo. Sólo Dios. Nadie tiene derecho para disponer del tiempo de una persona".

Napoleón Bonaparte alguna vez dio su definición sobre el concepto de puntualidad y dijo: "La Hora es la Hora, Un minuto antes de la Hora no es la Hora, un minuto después, tampoco es la Hora". Puede apreciarse que los grandes personajes y los grandes países se forman bajo un principio de respeto de los demás, a las instituciones y a todo un ordenamiento legal, social, etc., que determina la grandeza de una Nación. La impuntualidad podríamos afirmar que es una falta de respeto, de responsabilidad de uno hacia uno mismo y hacia los demás, y ello hace perder un tiempo limitado a las personas. Si consideramos que "el tiempo es oro" podríamos afirmar que nuestra forma tan irreverente a la puntualidad, determina una pérdida de tiempo de forma ilimitada y por lo mismo, se produce una pérdida de dinero.

Si reflexionamos sobre este ejemplo del japonés, podemos afirmar que para encontrar una razón para ser puntual se debe analizar que nadie puede disponer del tiempo de los demás.

Dicho de otra forma, "el tiempo es oro y quien lo pierde, pierde un tesoro", con esta frase podemos graficar como la puntualidad puede ser determinante en el cumplimiento de nuestros objetivos, en una buena administración del tiempo, que permita llegar a obtener el éxito deseado. Visto de otro modo, la impuntualidad puede llegar a frustrar cualquier trabajo ocasionando un incumplimiento en una entrega por falta de producción.

Debe entenderse que la puntualidad se encuentra relacionada con Programas o Metas que se planifican teniendo en cuenta la producción de horas hombre y que si se falta en este sentido, todo lo planificado se puede perder y por ende no se llega a los objetivos o metas establecidos.

Benjamín Franklin, pensador norteamericano, decía: "Si quieres que el bolsillo de tu amigo esté siempre abierto, cumple con devolver puntualmente el dinero prestado, de lo contrario este bolsillo se cerrará para siempre".

Se dice que en tanto seamos impuntuales, no dejaremos el subdesarrollo que nace en la persona y termina en un país, que es el reflejo de las personas que lo integran.

Por eso en nuestros países en desarrollo, hay que eliminar las frases "no tengo tiempo" ó "me falta tiempo" porque para todo hay que darse tiempo.


 

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FUNCIÓN SOCIAL DEL ABOGADO


Para algunos, la abogacía es un servicio público porque la Administración de justicia lo es y el abogado es un auxiliar de la justicia. La equivocación es también aquí evidente. Ya dije en mi primera lección que el abogado desempeña una función social; pero una cosa es servir a la sociedad y otra muy distinta servir al Estado que es su mero representante. Precisamente la característica del abogado es no tener que ver nada con el Estado y pelear con él frecuentemente, ya que combate los fallos del Poder judicial y los Decretos ministeriales, y las leyes inconstitucionales y exige la responsabilidad civil y criminal de los funcionarios de todas las jerarquías y pide la modificación y la inaplicación de las leyes que reputa malas. Persona que a tales menesteres se dedica ¿cómo va a reputarse desempeñante de un servicio público?

La abogacía no es una carrera ni un oficio sino un ministerio y como tal hay que contemplarla sin que le alcance ninguna otra regulación.

(El Alma de la Toga. Angel Ossorio).

LA ETICA KANTIANA

Kant y la ética. (CLIC)


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UN ENCUENTRO CON LA ESENCIA MISMA DEL PENSAMIENTO PURO QUE SIEMPRE NOS SACA DE APUROS, ESPECIALMENTE CUANDO NOS ACECHA LA IGNORANCIA Y LA FALTA DE CIENCIA